
En mi intensa experiencia como padre de familia numerosa, todos los días cometo errores "de libro". Lo fácil en la vida es equivocarse. Pero también tengo algunas cosas claras y procuro ser coherente. Con frecuencia les repito a mis hijas algunos consejos que aplico a multitud de situaciones. Hoy reflexiono sobre ellos y me apetece reflejarlos aquí, más que nada para recordármelos a mí mismo cuando los pueda necesitar.
3) No te lamentes por las cosas que no puedes cambiar.
4) No te obsesiones por la meta, disfruta del viaje en sí mismo y en cada momento.
Estos cuatro consejos se pueden resumir en una actitud que mis hijas no son capaces de entender todavía, pero que espero saber inculcarles poco a poco, y espero saber aplicarme yo mismo en las diferentes situaciones en que me encuentre: dejarse de lamentos y de excusas para justificar la pasividad, y actuar ya, cuanto antes, sin esperar al mañana y sin depositar nuestras esperanzas en algo externo a nosotros. Hay que saber adaptarse al cambio y aprender a disfrutar de cada situación, aunque sea negativa, aprovechando el aprendizaje que nos ofrece. Somos nosotros los que podemos conseguir que las cosas cambien, y es nuestra responsabilidad hacerlo.
Y hay que empezar ya, porque mañana será tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario